
En Todo Caso Había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo los había visto a ustedes y había creído ingenuamente que venían por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecían al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles.
Entonces, llorando, le clave el cuchillo en el pecho. Ella apretó las mandíbulas y cerró los ojos y cuando yo saqué el cuchillo chorreante de sangre, los abrió con esfuerzo y me miró con una mirada dolorosa y humilde. Un súbito furor fortaleció mi alma y clave muchas veces el cuchillo en su pecho y en su vientre.
El Túnel.
